Apuntes para un estudio de la labor insurreccional de Luis Felipe Rosell Soler (1952-1958)
Abstract
La lucha por la liberación nacional de Cuba estuvo influenciada por sucesos que marcaron pautas en su desarrollo, tal es el caso del golpe de estado del 10 de marzo de 1952 que desencadenó, una intensificación de la actividad revolucionaria del pueblo cubano. La historiografía ha recogido los principales acontecimientos de esta etapa, así como la historia y testimonios de sus más destacados protagonistas, sin embargo, existen pasajes y personajes que aún no han sido recreados, fundamentalmente en lo referido al marco más estrecho de las localidades. Los hombres y las mujeres que participaron activamente en la lucha insurreccional contra los males de la dictadura batistiana, están pasando, como todo ser viviente, por un proceso biológico completamente natural e inevitable: la muerte; y al olvidarse de escribir sus vivencias históricas contribuyen ellos mismos a las desmemorias históricas de las nuevas generaciones. Hoy es una necesidad de suma prioridad, salva por escrito para el futuro, la memoria de figuras que brindaron su aporte al logro de iniciar y formar la revolución. En situación se encuentra Luis Felipe Rosell Soler, combatiente revolucionario de Santiago de Cuba, cuyo desempeño no ha sido abordado, ni existen estudios historiográficos que permitan apreciar aportes en este sentido. Luis Felipe Rosell fue una persona clave en la organización clandestina del Movimiento 26 de Julio en Santiago de Cuba. Su aporte fue inestimable para el trasiego y almacenamiento de armas, el adiestramiento de jóvenes combatientes en las prácticas de tiro, el abastecimiento de frentes guerrilleros. Fue hombre de confianza de Frank País García y René Ramos Latour. Su círculo de relaciones y vínculos en la alta sociedad santiaguera permitió salvar la vida de varios combatientes y brindarles refugio seguro ante la represión batistiana.